En el tema de la belleza, casi siempre abordamos el cuidado de la piel, cabello, uñas, en fin, cien temas antes que el de los huesos, y no siempre estamos sensibles en el impacto que tienen en nuestro bienestar y por ende, calidad de vida. Alrededor de nuestro sistema óseo hay varios mitos que valen la pena aclarar, así como información que se debe tener presente para no arriesgarlo.
César González Vargas, traumatólogo ortopedista, resuelve algunos mitos y aclara algunas ideas equivocadas que existen alrededor de este tema:
Mito 1: Para estar sana, hay que estar flaca
Perder peso de más, es decir por debajo del ideal, disminuye la fuerza del hueso y si a eso agregamos que la persona tiende a eliminar alimentos ricos en calcio como los lácteos, entonces no hay material que permita que se formen y fortalezcan los huesos.
Los huesos no sólo se componen de calcio, también de otros elementos como son el fósforo, magnesio, entre otros, de ahí la importancia de no prescindir de ciertos alimentos que tienen estos componentes.
Mito 2: Sólo las mujeres adultas mayores sufren de descalcificación
La osteoporosis se debe a factores externos e intrínsecos a la persona, uno es la edad y la otra es ser mujer, por lo que durante la menopausia deben de tener vigilada su ingesta de calcio. Por otro lado, hay elementos que deben ser considerados en el caso de las más jóvenes como si tiene antecedentes de fracturas, padecen hipertiroidismo, paratiroides, daño hepático y renal.
Es importante mencionar que algunos hábitos predisponen esta situación y es el fumar, beber alcohol en exceso, así como no hacer ejercicio, ya que promueven la disminución de la arquitectura ósea.
Mito 3: Hacer ejercicio fortalece el sistema óseo
¡Cierto! La vida sedentaria puede traer consigo algunas situaciones que nada te acercan con la salud y en el caso de la fortaleza de tus huesos no es la excepción, así que no dudes, si no lo haces todavía, a dedicarle un tiempo para ejercitarte con cierta frecuencia.
¿En dónde encontrarlo?
Lo puedes encontrar en muchos alimentos de forma natural, según la Oficina de Suplementos Alimenticios del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, la leche, yogurt y el queso aportan grandes cantidades de este mineral. Si no te gustan mucho los lácteos, las fuentes no lácteas incluyen las verduras como la col, el brócoli y la espinaca, así como los cereales y el queso de soya.
El especialista hace hincapié en que antes de dosificarnos con algún suplemento de calcio, hay que acudir al médico ya que un uso indiscriminado y sin vigilancia, lejos de fortalecer el hueso, puede provocarnos cálculos renales o vesiculares. Así que lo mejor para resolver las dudas es evitar jugar al nutriólogo y acudir al médico para que sea él quien las resuelva.
La belleza física va de la mano de la salud, de cada una depende cuidar del cuerpo para que al margen del estilo de vida y actividades que se tengan, siempre luzca radiante y fuerte.