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Toque de Mujer

La pareja durante el embarazo

Muchas mujeres soñamos con tener un hijo, es por eso que el día en que nos sometemos a una prueba de embarazo y resulta positiva, nos sentimos felices de la gran noticia. Sin embargo, a los pocos minutos nos empiezan a asaltar sentimientos ambiguos como el miedo, la preocupación o el nerviosismo.

Las mujeres que esperan un hijo pasan del júbilo a la depresión con facilidad. Es probable que le disguste ver cómo se deforma su cuerpo, o lo mal que la hace sentir el embarazo.

Tal vez te preguntes si tu pareja va a cambiar su manera de actuar contigo o si la verá de modo distinto. La mejor manera para disipar temores sobre el bebé o la maternidad es a través de la información.

Continúa tu relación de pareja

Aun y cuando una pareja tiene nueve meses para preparar lo necesario para la llegada del bebé, es hasta que regresan a casa con él e inician su vida cotidiana que las situaciones se complican.

Parece contradictorio que siendo un hijo el resultado del amor, sea su presencia la que cause un alejamiento físico y emocional entre ellos. ¿Qué ocurre? y ¿cómo retomar la relación dentro de esta nueva dinámica familiar? En el libro Cómo seguir siendo amantes mientras sus hijos crecen, Ann Mayer explica que los cónyuges deben hacer frente a los cambios que tendrán sus vidas mientras viven la paternidad y la maternidad según sus expectativas, la crianza de los hijos, así como el establecer prioridades.

También deben decidir cómo educar mejor a los niños

Esto para ayudarlos a desarrollarse como seres humanos saludables física y emocionalmente, y cómo crear un ambiente familiar feliz en donde puedan conservar intacto su amor.

Y es que cuando las personas comentan a los futuros padres: “la vida les cambiará con la llegada de su hijo”, están diciendo una gran verdad. Anteriormente, la pareja dormía toda la noche y podían levantarse a las 10 de la mañana si querían, salían tarde o improvisaban paseos y viajes. Los fines de semana eran para descansar. El doctor no era muy familiar en casa, los gastos estaban bien determinados y podían darse algunos gustos, tenían tiempo para platicar y cualquier momento era bueno para tener relaciones sexuales.

Con la llegada del bebé, el sueño, por lo menos durante el primer mes, no es muy afortunado. Ya no se puede salir de noche y es importante planear las salidas; los gastos aumentan al igual que las preocupaciones. Para salir es necesario pedir favores a la familia, incluso a los amigos, y las relaciones sexuales comienzan a espaciarse. Todos estos cambios impactan la vida de una pareja y se requiere de un tiempo de adaptación, comunicación y de estrategias bien determinadas para lograr conservar este importante lazo.

Mamá se siente indispensable

Es común que mamá se sienta nerviosa por los cuidados del pequeño y quiera supervisar todo por ella misma. En ocasiones no permite al nuevo papá colaborar o hacer las cosas como su instinto le indica. Esto es un factor muy importante porque compartir el cuidado de su nuevo hijo es una estrategia magnífica para estrechar los lazos entre la pareja, compartir momentos de alegría e incluso, que el bebé no se vuelva una carga para ninguno. Recuerda que el hijo es de ambos y que debe confiar en que él también cuidará de su pequeño.

En pareja está mejor

La felicidad se consigue a través del trabajo y la disposición, dos ingredientes indispensables cuando se trata de formar una familia.

Para ello he aquí algunos consejos:

1. Alternen el cuidado nocturno del bebé. Si está amamantando, un día antes, y con la ayuda del extractor de leche, junta las tomas nocturnas para que papá se las dé. Con esto te permitirás tener momentos muy importantes a solas con tu bebé.

2. Apóyense el uno al otro. Elizabeth Fenwick, en su libro: Manual de cuidados de la madre y el niño, comenta: “Con frecuencia es el padre quien se encuentra más desconcertado en los días que siguen al parto, y necesita tu apoyo tanto como tú necesitas el suyo”.

3. Cuando el pequeño por fin se haya dormido, en lugar de ver televisión, tómense un café o dense un duchazo juntos. En estos momentos traten de hablar de ustedes, de cómo se sienten o sólo relájense y diviértanse.

4. Dense la oportunidad uno al otro de decir “no puedo más”. El otro puede cuidar al bebé por una hora para que papá, por ejemplo, duerma después de un día difícil en la oficina; o para que mamá tome un café con una amiga, vaya al salón de belleza o haga una llamada telefónica.

5. Dejen de sentirse culpables, recuerden que sus necesidades son tan importantes como las del bebé y que en la medida en que ustedes se sientan bien y unidos, su pequeño estará mejor.

6. Finalmente no hay que desesperarse: la rutina se establecerá, la calma volverá y entonces la relación podrá estar igual o mejor que antes.