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Toque de Mujer

Mi hijo tiene asma

Cuando un niño es diagnosticado con una enfermedad crónica, uno de los objetivos principales, tanto del médico como de los padres, es lograr una buena calidad de vida para el paciente. El asma bronquial está incluida en estos casos y el control efectivo del padecimiento depende de la instalación oportuna y adecuada del tratamiento, el cual debe ser indicado por el pediatra. El importante papel de mamá y papá es seguir al pie de la letra las indicaciones del médico, para conseguir que su hijo evolucione favorablemente.

El doctor Octavio Martínez Bocardi, médico pediatra intensivista, certificado por la American Academy of Pediatrics y por la American Heart Association, explica que “el asma bronquial generalmente aparece en la infancia y es definida como una respuesta exagerada de las vías respiratorias inferiores (tráquea, bronquios, bronquiolos y pulmones) ante un alérgeno, partícula, sustancia o cambio ambiental que el organismo reconoce como agresivo, dañino o extraño”.
De este modo, profundiza el especialista: “el pequeño paciente portador de asma bronquial puede reaccionar ante la polinización en primavera, el calor en verano, el frío extremo en invierno o al ponerse en contacto con ciertas sustancias, artificiales o naturales, como pueden ser los ácaros que se encuentran en el polvo o en el pelo o las plumas de algunos animales”.

Pero, ¿de qué manera se manifiestan estas reacciones? Cuando el niño se expone a estos factores de riesgo, los bronquios se inflaman, su calibre disminuye y producen mucosidad excesiva, lo que dificulta la entrada y salida de aire. El experto señala: “Como médicos, debemos instruir a los padres para identificar los signos de una crisis asmática: puede haber tos, agitación, respiraciones más rápidas y profundas. Además, las costillas se marcan bajo la piel, hay aleteo de nariz y silbidos en el pecho, mejor conocidos como sibilancias, muy características de la enfermedad”.

Si estos síntomas se presentan, debes llamar inmediatamente al pediatra, para que indique los medicamentos de rescate a utilizar en ese momento. Posteriormente, lo que procede es acudir al servicio de urgencias para que el pequeño sea valorado y reciba el manejo correspondiente. Es muy importante que los padres actúen con rapidez ante el inicio de una crisis asmática.

El deporte: un aliado para el paciente
En torno al tema del asma existen diferentes temores y tabúes que muchas veces conducen a la sobreprotección del paciente y a tomar medidas extremas que en la mayoría de los casos son innecesarias. El doctor Martínez expresa al respecto: “Se habla acerca de que el niño asmático no puede practicar deportes y nada está más alejado de la realidad. Él puede y debe hacer ejercicio, aunque efectivamente, tomando ciertas medidas de precaución”.

iStockphoto/Thinkstock

El experto dice que hacer deporte regularmente y de manera asistida por buenos instructores de natación, fútbol, basquetbol, fútbol americano, artes marciales, gimnasia, atletismo o pentatlón, será muy benéfico para el niño. Todo irá en función de las condiciones físicas del paciente en cada sesión de entrenamiento. Lo cierto es que al tratar una crisis le va mejor al niño activo que al que pasa horas frente a la televisión, la computadora o los videojuegos. Podríamos decir que el paciente asmático está obligado a hacer deporte”.

Es bueno que tu hijo sepa que es portador de una condición que se puede controlar. Sería conveniente crear una dinámica familiar para que de común acuerdo y con la colaboración de todos se retiraran de la casa los muñecos de peluche, tapetes y alfombras, así como cambiar con frecuencia la ropa de cama del niño y ventilar y permitir la entrada de sol a su habitación. Las medidas para vencer al enemigo pueden convertirse en una rutina funcional y divertida, siempre en beneficio del pequeño paciente asmático.

Para saber más:

Todo sobre el asma en 1, 2 X3: para niños de todas las edades

Mónica Nava

Visto Bueno Editores

México

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