Rebeca tenía pocos días de haber cumplido los 66 años, cuando un sábado se perdió por algunos minutos en la colonia donde había vivido durante 30 años. Un mes después, se molestó con sus hijos, pues pensó que la bromeaban, cuando le preguntaron qué le había parecido la fiesta de cumpleaños de Emilio, su nieto, ya que no la recordaba. Después, comenzó a tener cada vez más olvidos.
Como Rebeca, existen 35.6 millones de personas con Alzheimer a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud. Esta enfermedad es un tipo de demencia progresiva, degenerativa e irreversible. Afecta la corteza cerebral, lo que causa daño a la memoria, el pensamiento y la conducta.
Lo anterior, impide al paciente realizar tareas habituales y lo vuelve dependiente. Sin embargo, con una detección temprana y el tratamiento integral es posible retrasar la evolución de este padecimiento.
Inicio de los olvidos
En el caso, de esta enfermedad la edad es un factor de riesgo importante, se ha detectado que quienes sufren Alzheimer son personas de 65 años o más; sin embargo, existen otros detonantes como: baja escolaridad, antecedentes familiares, depresión, accidentes craneoencefálicos, y exposición continua a solventes y pesticidas, precisa el gerontólogo Alejandro Montiel, miembro del Comité Académico en el área de geriatría en la UNAM.
Es fundamental que las personas con predisposición a esta enfermedad, no dejen pasar los olvidos y acudan al médico, pues son una de las primeras manifestaciones de la enfermedad. Lo que comúnmente se olvida son nombres, teléfonos, direcciones, números de cuentas bancarias y objetos.
También es frecuente que se extravíen en rumbos que son conocidos y que presenten cambios en la escritura. Estas alteraciones no son constantes, pero se repiten con cierta frecuencia, añade el experto, quien también es miembro de la Asociación de Medicina Interna de México A.C.
Después de estos síntomas iniciales, el Alzheimer puede tardar hasta siete años en desarrollarse por completo. Los pacientes después de este periodo suelen presentar agresión, apatía, vagabundeo, trastornos del sueño y lenguaje obsceno, entre otros. Asimismo, padecen cuadros depresivos, incapacidad para dormir y dificultad para desarrollar el pensamiento abstracto.
Atención oportuna
A medida que avanza la enfermedad los síntomas se notan con mayor facilidad. Por lo regular, los familiares son los primeros que se percatan de la existencia del Alzheimer y de la necesidad de atender al paciente. No obstante, por el desconocimiento, la enfermedad puede confundirse con la vejez, por ello es importante conocer el espectro de síntomas para diagnosticarla a tiempo.
El tratamiento de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer debe ser integral, de ser posible con la participación de distintos especialistas, como: psiquiatra, geriatra y neurólogo. Una detección oportuna puede ayudar a retrasar la enfermedad y a mejorar su calidad de vida, como ocurrió en el caso de Rebeca, quien gracias a la terapia de ejercicios y medicamentos ha mejorado su condición. También es recomendable que los familiares acudan a grupos de ayuda, en los que reciban capacitación para el cuidado de su paciente.
Más información:
Instituto de Geriatría
www.geriatria.salud.gob.mx Tel. 5573.8686.
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco”
www.innn.salud.gob.mx Tel. 5606.3822.