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Toque de Mujer

Embarazo saludable

Índice

Náuseas y vómito

Cuando son persistentes, se debe descartar el origen psicosomático de estos malestares, sobre todo en los casos donde hay rechazo al embarazo o antecedentes de trastornos de la conducta alimenticia. También se ha sugerido que la infección por la bacteria Helicobacter pylori pudiera ser la causa de náuseas y vómito. Así que no sólo es tener un poco “loca” la hormona, si los síntomas son pronunciados, debes consultar al médico.
Estos problemas se asocian frecuentemente con el consumo de dietas hiperproteínicas, (demasiada proteína y poco carbohidrato), por lo que disminuyen al incrementarse la ingestión de hidratos de carbono complejo: arroz, pasta, pan, papa y tortilla.
Es muy recomendable evitar ayunos de más de 8 horas, fraccionar la alimentación lo más posible (puedes hacerlo hasta 7 veces), descansar después de ingerir los alimentos y mantener ventilado el sitio donde se prepara y consume la comida. En muchas ocasiones, también resulta útil evitar el consumo de líquidos en las comidas y tomarlos 50 minutos antes o después de ingerir los alimentos.

Acidez y reflujo

La acidez y el reflujo que presentan algunas mujeres embarazadas son el resultado de los cambios hormonales y la disminución de la motilidad del tubo digestivo. Lo más adecuado es no acostarse después de ingerir alimentos. Además de evitar café, refrescos de cola, chocolate, alimentos condimentados y picantes.

Estreñimiento y hemorroides

Para disminuir estos molestos padecimientos, la alternativa es incrementar el consumo de fibra tanto soluble como insoluble y de líquidos, así las caminatas cotidianas. Además, tanto como sea posible, se deben evitar situaciones que provoquen tensión. En algunos casos, la suplementación con hierro y/o calcio puede agravar el estreñimiento, pero no es motivo para suspender su uso.

Calambres

Otra complicación común durante el embarazo son los calambres nocturnos, los cuales son el resultado de la irritabilidad neuromuscular, por efecto de la disminución en la concentración de calcio en la sangre. Generalmente, para evitarlos hay que incluir en la cena un alimento rico en calcio como yoghurt, queso, leche, tortillas de maíz y espinacas.