Esta enfermedad la padecen uno de cada diez mexicanos es además, la primera causa de mortalidad y morbilidad en México, según los datos ofrecidos por la Secretaría de Salud, en el marco del Día Mundial de la Diabetes en el 2011. Puede disminuir la capacidad del cuerpo al punto de provocar discapacidad, por la que si ya se ha confirmado el diagnóstico es necesario atender a medidas que eviten dolorosas consecuencias.
«La prevención es la mejor medicina para mantener a raya tanto a la diabetes, como sus efectos, si es que ya se vive bajo esta condición», afirma María Isabel Guevara Saldivar, médico especialista en angiología y cirugía vascular. Uno de los principales riesgos de esta enfermedad es que muchas veces las personas no saben que tienen diabetes y por lo mismo, no se cuidan y siguen consumiendo refresco, alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas, así como no incorporan a su dieta ni frutas ni verduras. Además, no hacen ejercicio, fuman, beben alcohol en exceso y no llevan un control adecuado de su tratamiento, por lo que el estilo de vida es un factor de riesgo en sí mismo.
La especialista comenta que la actitud con la que los pacientes asuman el cuidado de su salud es vital para su control: «Tuve una paciente de 67 años, ella no sabía que tenía diabetes, pero cuando lo supo, lo primero que me dijo fue, ¿qué tengo que hacer para vivir?». La experta comenta que la paciente hizo un cambio radical en su estilo de vida, y decidió a atacar su obesidad, y con la firme decisión de cuidar su cuerpo comenzó a nadar, fue disciplinada en el seguimiento de la dieta recomendada, así “perdió 45 kilos de peso, ganó una vida nueva, mucho más saludable que antes, cuando paradójicamente, no tenía diabetes”.
El poder de la prevención
Para quienes viven con este padecimiento, el hecho de que su situación de salud se vea deteriorada es sin duda uno de los principales temores y es que, entre algunos de los problemas asociados a esta enfermedad se encuentran: la pérdida de sensibilidad en manos o pies provocada por la mala circulación de la sangre, la dificultad para que las heridas cicatricen y la pérdida de la agudeza visual para poder detectar un posible daño a tiempo, lo que frecuentemente provoca que pequeñas heridas se compliquen, se hagan más grandes, profundas y se infecten hasta gangrenarse, no dejando otro remedio que tomar medidas definitivas como es la amputación.
María Isabel Guevara explica: «Si bien es cierto que las personas con diabetes tienen hasta 50% de mayor riesgo de sufrir una amputación por los problemas de circulación de la sangre que esta enfermedad ocasiona en el cuerpo, si se atienden a tiempo, siguen el tratamiento y cuidan su estilo de vida, la pérdida de alguna parte de su cuerpo puede evitarse».
La experta recomienda:
- Utilizar medias o calcetines especiales.
- Usar zapatos para personas con diabetes.
- Si se van a usar zapatos nuevos, hacerlo por periodos cortos de 30 minutos hasta que se amolden al pie.
- Siempre revisar que el calzado no tenga una piedra dentro o algún objeto que puedan lastimar sus pies.
- Después del baño, secar bien dedos y pies.
- Evitar andar descalzo.
- Cortarse con mucho cuidado las uñas, además de cerciorarse que el corta uñas esté desinfectado.
- Revisar de manera frecuente que no haya alguna lesión en pies o manos.
- En caso de aparecer alguna herida, acudir inmediatamente al médico.
Hay varias medidas que fortalecen el cuidado de la salud, y las cuales se pueden incorporar como habito para evitar que este padecimiento salga de control. Cuidar el peso, realizarse una vez al año exámenes de glucosa, mantener una dieta balanceada en la que se eviten alimentos ricos en grasas saturadas y hacer 30 minutos de ejercicio diario son algunas de ellas. «Sí se vive con diabetes, es posible hacerlo con una muy buena calidad de vida, la clave está en la prevención y el cuidado que se tenga», concluye la especialista.
Para saber más:
Federación Mexicana de Diabetes A.C.