Saltar al contenido
Toque de Mujer

La limpieza de tus finanzas

Una excelente manera de sanear tus finanzas es hacer hacer una buena limpieza. Tirar los papeles viejos que solo sirven para acumular polvo y desarrollar un sistema para mantener organizados documentos, estados de cuenta y
recibos.

Reorganiza

Es primavera, y todos preferiríamos estar tomando un café en la acera, pero una montaña de cuentas y recibos, pagados o sin pagar, es señal de que alguien no tiene idea de cuanto entra y cuanto sale. Cuando conscientemente abrimos, leemos y ordenamos los recibos, nos estamos conectando con nuestro dinero y tomando control. Si no lo haces, estas poniendo en riesgo tu bienestar financiero. ¿Por dónde comenzar?

¡Comenzamos!

Vacía, clasifica el contenido, tira lo que no es necesario y reconsidera en qué lugar guardar lo que conserves en esa caja o cajón donde irán a parar todos tus papeles. Saca todos los estados de cuenta que no has abierto, extiéndelos, clasifícalos. Separa los recibos de servicios, los tickets de compra, los comprobantes de pago….

Separa los papeles en rubros:

* Casa: Recibos y comprobantes de pagos mensuales o bimestrales, (agua, luz, colegiaturas…)
* Estados de cuenta, (bancarios,  Infonativ, crédito automotriz….)
* Tarjetas de crédito, (estados de cuenta)
* Contabilidad: Declaraciones de impuestos, recibos de honorarios, (emitidos y recibidos), facturas, compras deducibles de impuestoss
* Seguros: Pólizas y pagos de seguro
* Garantías y  manuales de usuario

Documentos ”para siempre”: actas de matrimonio, certificados de nacimiento, de divorcio, escrituras, la factura de su auto, alta ante Hacienda y Crédito Público, comprobantes de estudios, cartilla militar.

Cada uno de estos rubros ocupará una división distinta dentro del archivero o carpeta (excepto los documentos importantes, que se guardarán en otro lugar).

Etiqueta sub-secciones dentro de cada división. Utiliza un marcador para poner el nombre en los sobres, separadores o  folders que contendrán los documentos de cada sub-división. Si necesitan conservarse, muévelos a un archivo muerto; si no tritúralos.

Los documentos importantes colócalos en una caja de seguridad portátil, resistente al agua y fuego, que puedas cargar en un momento de apuro. En caso de emergencia, es necesario que nuestros familiares tengan acceso a la caja.